Querida sumisa mía,
la del lejano sueño vuelto realidad
la de la esquiva mirada.
no me niegues tu boca eres mía
¿donde pasas tus días?
en que oscuro rincón te me escondes
Querida sumisa mía
desafiante .sonriendo, provocativa,
al final mansa presa en mis manos
la de la pupilas perdidas
cuando todo fue consumado,
esa tarde de verano aun en las nubes
te despedía.
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